“¿Cómo podemos esperar una cosecha de pensamiento quienes no hemos tenido un tiempo en que el carácter pasó por un estado de semilla?”, Thoreau.-
Quiero abrir la edición de hoy con esta frase que menciona
en la ultima edición de su newsletter. Allí, crea y reflexiona el concepto “mes semilla” cuando se refiere a Enero. Enero es el mes en el que empezamos a pensar en lo que está “planificado” para el año que recién inicia, este año nos ví inmersos en un loop de “planificación anual” que parece nunca acabar, pensando en lo que está in, lo que esta out, los vision boards y los objetivos de lectura (80, 90, 100… ¿qué número es “normal”?1).La semana que viene me voy a la playa, no me extrañen si no aparezco por acá. Tengo la necesidad de desconectar para conectar con lo que me interesa realmente de mis proyectos digitales. Necesito sentarme en la orilla del mar a pensar sobre mi planificación anual, como lo hacía cuando era chica, sin tantos vision boards o listas de intenciones. Un año me prometí hacer recetas brasileras cuando volviera a casa. Spoiler: aún no lo hice.
Mi Google Maps está lleno de puntitos azules, son las recomendaciones de creadoras de contenido foodie que suelen guiarme cuando tengo que tomar una decisión de último momento. Así fue como encontré un lugar llamado Sabueso (📌Av. Pedro Goyena 185, Caballito) para hacer coffee office.
Me acabo de enterar que tienen tres sucursales: la de Caballito, una en Villa Luro y otra en Villa Urquiza. Yo fui a la primera y además de estar llena de plantas, cuenta con un ambiente tranquilo, con enchufes y aire acondicionado.
No probé el café y me quedé con las ganas. La culpa es del gym. Sin embargo, probé un té y un muffin con frutas de estación. Ambos me gustaron.
La última semana leí mi libro favorito del año (por el momento). Estuvo en mi lista de pendientes y aún no recuerdo como llegó ahí, quizá fue la portada amarilla que me llamó la atención. “La trenza” de Laetitia Colombani cuenta la historia de tres mujeres que anhelan libertad. La primera historia, narra la vida de Smita junto a su hija Lalita, siendo una de las castas más bajas en India. En el segundo relato, conocemos a Giulia, una italiana que busca imponerse ante las narrativas tradicionales de una sociedad convencional. Por último, la autora nos presenta a Sarah, una ejecutiva en Canadá que debe demostrar su valor profesional siendo la única mujer en un cuerpo directivo.
Es un relato feminista, que muestra como nuestras protagonistas se enfrentan a una sociedad tradicional y machista. Te atrapa conocer una sociedad tan diferente como en la que vive Smita, pero también simpatizas con Giulia y Sarah, ya que las sociedades latinoamericanas son muy parecidas a lo que cuentan en ambas historias. Las tres historias se van entrelazando en una narración muy poderosa.
A finales del año pasado, se estreno la adaptación cinematográfica en donde la misma autora es directora y guionista. Me entristeció darme cuenta que en Argentina no estuvo en cartelera y no creo que ocurra. Tampoco se encuentra en plataformas, pero estoy segura que en algún momento podremos disfrutar de esta pelicula tan emotiva.
Lo prometido es deuda y como anticipe la semana anterior, vamos a realizar una lectura conjunta de “El camino del Artista” de Julia Cameron. Cada semana en esta sección voy a compartirte no solo mi experiencia sino también una pequeña guía o resumen para cada semana. Hoy, te voy a mencionar las herramientas básicas:
Principios básicos: la autora menciona a la creatividad como una experiencia espiritual. Vi muchos comentarios negativos en Tik Tok por este punto en donde la autora hace hincapié y creo que en cierta parte, estan en lo correcto. En los principios básicos menciona a Dios como el buen camino y puede ser tomado como un acto de evangelización. Sin embargo, hay dos opciones: saltear los principis básicos y tomar la frase que más te resuene del capítulo; o intercambiar la palabra Dios por otra que se adecue a tus creencias. Por ejemplo, universo. Yo me decidí por una mezcla de ambos y creo que este es el principió básico más importante:
Hay una fuerza creativa que subyace a todo cuanto vive, incluidos nosotros mismos.
Las páginas matutinas: esta herramienta creo que es la más famosa del libro, se trata de escribir tres páginas consecutivas todas las mañanas. El objetivo es liberar el flujo de pensamientos, es un flujo de conciencia. En algún momento, me obsesione con llenar las tres páginas y tardaba más de una hora, razón por la que no lograba mantener el hábito. En ese momento, decidí cambiar la cantidad de páginas por un tiempo cronometrado: 5 minutos a reloj escribiendo todo lo que se cruza por mi mente. No solo recomiendo hacerlo por la mañana, sino también antes de un proceso creativo o por la tarde. Funciona como una especie de meditación activa.
“Cuando escribes tus páginas matutinas estás enviando; es decir, transmitiendo tanto al universo como a ti mismo tus sueños, insatisfacciones y esperanza. Cuando cumples con tu cita con el artista estás recibiendo; esto es, abriendote a tu sabiduría interior, a tu inspiración, a tu guía”.
La cita con la artista: ¿Conoces a tu niña interior? ¿Cómo es? ¿Qué te dice? El objetivo de esta herramienta es sacarla a pasear o dedicarle un rato. Es un momento a solas con tu creatividad y es una herramienta que parte desde la consigna de recordar que era eso que te hacia feliz cuando eras chica. Por ejemplo, a mi me encantaba hacer collage y una cita con mi niña artista podría ser tomar una revista, una hoja o cartulina, tijera y algún adhesivo para recrear esas tardes en donde el piso de mi comedor quedaba lleno de papelitos.
Alimentar el pozo: no todos hablan de esta tercer herramienta y se trata de la posibilidad de auto-alimentarnos como artistas, “rellenar el estanque” para no quedarnos sin recursos cuando los necesitemos y consiste en investigar sobre aquello que nos encanta, puede ser desde astronomia hasta muestras de arte en tu ciudad, para alimentar el pozo es necesario pensar en placer y no en obligación.
Contrato: es la herramienta más importante, consiste en dejar por escrito y firmado tu compromiso con el curso. Es necesario hacerlo y dejarlo a la vista, como recordatorio.
Me gusta leer a Martina Rua desde que la conocí en 2019. Es una persona apasionada por ver los avances de la tecnología y entender como se insertan en nuestra sociedad. Hace poco escribió sobre la “mentalidad de contenido” y como afecta a nuestras conductas. En la nota, habla de cómo priorizamos el contenido que vamos a grabar y subir a redes sociales, antes que el placer y disfrute del momento. Ya no existe el carpe diem sino que ahora todo gira en torno a las visualizaciones.
Un claro ejemplo es el video que se hizo viral del año nuevo en Paris. Nadie festejaba, solo filmaban con su celular. En el entorno literario, puede traducirse a que solo leemos lo que nos va a dar más likes y comentarios. Esto me hizo reflexionar en que nuestra lectura ya está “predefinida” por algoritmos y tendencias, cuando en realidad debería ser un proceso personal.
Ultimamente no público mucho en redes sociales, supongo que necesito un descanso. Me aburre ver siempre los mismos títulos en las publicaciones, los mismos autores e incluso los mismos comentarios. Es que a veces es necesario plantar una semilla y repensar nuestras formas de lectura. Quizás, como mencione antes, necesito que el mar se lleve lo viejo y traiga lo nuevo. Pasar por un estado de semilla.
Nos vemos a la vuelta,
Leonora.-
Necesito hablar sobre esto. Necesito gritar, en realidad, que no es necesario leer 150 libros en este 2024. Creo que implica un proceso de retrospección muy profundo para saber que se oculta detrás de ese número: ¿Qué libros te gustaría leer? ¿Cuáles disfrutas de leer? ¿Por qué querés leer ese número de libros este año? ¿Estarías dispuesta a leer tan solo 10 libros pero que sean “5 estrellas”?
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